Juan Carlos – Vivir En Confianza ®

Bienvenido a este espacio de investigación sobre la pareja. Cómo habrás observado, las relaciones de amor son un asunto muy complejo. Estar en una relación remueve nuestro mundo interno, lo que provoca a su vez movimientos externos que afectan al otro. Por eso la pareja sirve como medio de conocimiento de nosotros mismos. Nos descubrimos a través del espejo de la relación. Si uno de los miembros de la pareja logra resolver un asunto, problema o conflicto íntimo personal eso inmediatamente se va a ver reflejado en la relación con el otro.

El tema que traigo en este artículo suele preocupar a muchas de las personas que acompaño y aflora con frecuencia en los talleres que imparto o en consulta. Hay veces que incluso se le da un juicio de valor positivo, lo que no deja de sorprender. Estoy hablando de esa quemazón que a veces surge de lo profundo de nuestras entrañas cuando estamos en pareja: los celos.

LOS CELOS EN PAREJA. ¿QUÉ HACER?

Según mi experiencia personal y lo que observo, los celos son pensamientos ficticios o reales que surgen de la propia inseguridad. En realidad todo tiene su origen en la creencia limitante inconsciente de que eres menos que los demás.

Por consiguiente, el sentimiento base en los celos es el temor inconsciente de que te abandonen porque te crees poco valioso/a para tu pareja. Temes que te dejen por cualquier otro. Muchas veces tanto insistes en encarcelar a tu pareja para sentir alivio de ese ardor interno que la profecía se termina por cumplir. Quizás llega un momento en la relación en que tanto has buscado donde no hay que al final terminas encontrando.

Debes tener claro que detrás de los celos hay sentido de la posesión y afán por controlar lo incontrolable, no amor.  En realidad, son muy contradictorios. Cuando no tienes pareja sufres por no tenerla y cuando la tienes sufries porque no quieres perderla.

La verdad es que la mayoría de las veces depositas sin darte cuenta en tu pareja tu bienestar y felicidad. Cuando esto ocurre es cuando tomas a tu pareja como una especie de «reliquia existencial» y te la quieres apropiar. Aquí es donde comienzas a sufrir si haces caso a esa voz interna que susurra insistentemente: «Que no se pierda por favor. Mira bien, revisa, que nadie me la quite…» ¿Te suena esto?

Es entonces cuando surge la necesidad de control. Quieres controlar y en realidad no controlas nada. Lo único sobre lo que puedes establecer un cierto control es sobre tus pensamientos respecto a la situación que provocan los celos. Cuanto más sufres más te aferras al otro. Como decía anteriormente, los celos provienen de tus inseguridades y traumas infantiles, que influyen sobre el sentimiento de apego a la hora de ir a la pareja. No existe una relación de pareja sin apegos, por lo que has de tratar de aprender a relacionarte desde un apego sereno y maduro que cree bienestar en la pareja.

Detrás de los celos hay desconfianza, complejo de inferioridad, baja autoestima, dependencia y un apego ansioso. Realmente te no paras de compararte con los demás, olvidando que eres un ser único y valioso. Por favor, no pienses que quiero estigmatizar a los celosos, pues parto de una creencia fundamental: nadie es malo. A menudo observo que hay muchas personas que sufren y tienen miedo. El peor enemigo del amor es el miedo.

Cuando los celos se proyectan en tu pareja, en vez de sentarte y mirar hacia dentro, observar y liberar, haces caso a esa vocecilla que dice: «de esto que estoy sintiendo… tú eres la o el culpable». ¿Te suena?

Objetivamente tienes un grandísimo miedo al rechazo y al abandono. Vives creyendo en la perdida y posesión, y no en el compartir. Todo esto crea un sistema de pensamientos que te confunden profundamente y crean situaciones patéticas. Como veo muchas veces, lo peor de todo esto es cuando en lugar de tomar responsabilidad sobre esto, te sientes víctima de los hechos y no solo eso sino que te compadeces.

DECÁLOGO PARA GESTIONAR LOS CELOS

Después de todo lo dicho tenemos claro que los celos muestran nuestras inseguridades y traumas o aquello que nosotros somos, ¿verdad? Pues si es así hemos de tomarlo como una oportunidad de sanar nuestras heridas y crecer personalmente. Entonces, qué podemos hacer para gestionar los celos? Para ayudaros he construido un decálogo

1. Reconoce los celos, se honesto contigo mismo. No los niegues porque te someterán.

2. Atrévete a sentirlos. Para ayudarte, puedes coger una de mis meditaciones. Te permitirán liberar todo esto que sientes. Muchas veces el problema llega cuando uno lucha contra lo que siente…Puede que asuste conectar con la herida que los provoca, lo sé, todos alojamos 4 de estas heridas profundas: abandono, rechazo, humillación, traición, injusticia, y hace falta mucho coraje para trascenderlas.

Te sugiero conectar con esa parte de ti que aloja tu sombra, el niño interior, papa y mama. ¡Puedes, te lo aseguro!! Tienes todo mi ánimo contigo, es ahí donde encontrarás la salida.

3. Una vez sentidos, observados y desde la responsabilidad (no proyectando, culpando y acusando) comparte con tu pareja lo que sientes y amar vuestra propia vulnerabilidad. Atrévete a hablar de esto con ella, no te va alejar de ella, en definitiva, te hará más humanos. Vamos, trasciende la vergüenza.

Ábrete a tu vulnerabilidad a través del conflicto, no estás defectuoso, la vergüenza compartida humaniza y libera.

4. Revisa tu forma de vivir la pareja con tu acompañante: (monogamia, poliamor, relación abierta, cerrada) y vuelve a revisar de aquí a un tiempo otra vez. Una vez revisado, estad tranquilos, confiad en tu pareja de que va a ser tal y como habéis acordado. Ten en cuenta que la pareja es un organismo que evoluciona, no es fija, por eso te sugiero mirar y volver a decidir seguir juntos viviendo la sexualidad como decidáis ¿se entiende esto?

Con la honestidad encima de la mesa evitáis malos entendidos y os llenáis de confianza. Compartid, revisad y no deis nada por supuesto por favor, esto aliviará tu «ardor». Evitad la duda. Después de todo lo dicho tenemos claro que los celos muestran nuestras inseguridades y traumas o aquello que nosotros somos, ¿verdad? Pues si es así hemos de tomarlo como una oportunidad de sanar nuestras heridas y crecer personalmente. Entonces, ¿qué podemos hacer para gestionar los celos? Para ayudaros he construido un decálogo

5. Te haces responsable, los celos son tu maestro, te tocan a la puerta del inconsciente para que hagas consciente tu dolor. Lo doloroso de los celos es querer tapar y proyectar el ardor de estos en tu compañero/a.

Si por el contrario decides no mirar está bien, pero recuerda que eres la causa y no el efecto de lo que la vida te trae. No dudes en que esta inteligencia mayor seguirá haciendo consciente lo inconsciente en tu vida, pero ahora de forma «fea», atraerás situaciones que te confronten con eso que no quieres mirar. Seguirás creando relaciones evasivas sin complicidad o carcelarias, teniendo en cuenta que unas personas te aceptaran por su baja autoestima y reclamantes de afecto y otras os dirán que no se quedan contigo, pues no creen en el amor con desconfianza, posesión, sufrimiento y encarcelamiento.

6. Permanece, por otro lado, atento. El ladrón cree que todos son de su condición. ¿Qué estás diciendo de ti mismo al no fiarte de tu pareja? Cuidado, que puede que te estés retratando, porque crees que el otro ante una persona atractiva haría lo que tú piensas o te gustaría hacer.

7. Si tanto te gusta y quieres estar con tu pareja, cuídala todos los días, conquístala todos los días. Pero no quieras encarcelarla. Haz que ella libremente quiera estar contigo.

El amor es libertad no es encarcelar.

Por eso hay que salir de ti mismos, dejar de mirar tu ombligo y mirar qué quiere el otro, qué siente el otro. Hay que ocuparse de la pareja y darle amor.

En realidad, no sufrimos por lo que nos dan o nos dejan de dar los demás, sino por la incapacidad interna de no poder mostrar nuestro amor a los que nos aman.

8. Cuestiónate todo tus pensamientos, pon a juicio todos tus juicios. Presencia, y cuidado con los desbordamientos y secuestros emocionales.

El mindfulness y la meditación pueden ayudar en este cometido.

9. No des tu pareja por sentada, en la misma inseguridad está la relación. Eros se construye en la distancia. A Eros tómalo como el puente entre la energía sexual y el amor.

No mates a Eros con el control y el encarcelamiento.

A Jorge Vilaseca le oí decir una vez y me encantó: «El amor no se termina cuando dos personas se casan, el amor se termina cuando dos personas dejan de comportarse como novios».

Casi siempre detrás de los celos hay muy poco amor hacia uno mismo. Ciertamente te valoras muy poco. Trabaja la autoestima y verás cómo cambia todo. En realidad, aunque tu pareja te elije, piensas que no te quiere y dudas de ella. ¡Es una pena!

El cambio no está en querer hacer cambiar al otro, si no en cambiar uno mismo.

10. Mantente en el ahora y deja de tener miedo a lo que pueda pasar, disfruta de tu pareja hoy. Aprende lo que te hace sentir tu pareja hoy y construye una buena relación con la incertidumbre. En verdad, no controlas nada.

Recuerda esta frase de Mario Benedetti: Si amas a alguien déjalo ir. Si regresa es tuyo, si no vuelve nunca lo fue…

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