Juan Carlos – Vivir En Confianza ®

Constantemente conversas con quienes te rodean: pareja, hijos, padres, hermanos, amigos, en el trabajo. En realidad se te conoce por lo que hablas, por las cosas que dices o callas. Juzgas a las personas por lo que dicen, porque de alguna forma, las palabras revelan con bastante claridad la energía que mueve a quien las dice. Este asunto llevado a las relaciones sentimentales de pareja puede ser un antes y un después si tienes en cuenta lo que comparto a continuación. 

En realidad, la forma de afrontar los conflictos, su forma de comunicar y abordarlos va a ser un indicativo del nivel de pareja en el cual te encuentras.

En toda relación hay una primera fase en la cual estás centrado en ti mismo, los conflictos desgastan el vínculo. Aparecen las acusaciones mutuas, culpabilización e indignación. Tener razón es lo más importante, incluso por delante de ser felices. Otra manera de vivir la relación es estar centrado en el «nosotros», aquí se profundiza algo más en el conflicto y su comunicación. Aunque aún se toma estas situaciones como un peligro para la relación.

También podemos llegar a SER PAREJA, aquí no te da miedo profundizar en el conflicto y se comunica con vulnerabilidad, humildad y responsabilidad porque va crear crecimiento profundo en la relación. 

Tener esto en cuenta puede crear una gran mejoría, estaría bien que si te encuentras creando situaciones como las que a continuación expongo puede ser que te encuentres en la primera fase que mencioné antes. Pero tranquilo no pasa nada, no te preocupes, toma nota. Puedes equivocarte en el uso que haces de la palabra, pues no te enseñaron el arte del bien hablar, por eso a continuación te voy a dar 5 aspectos importantes a tener en cuenta: 

1º HABLAR SIN HABER ESCUCHADO:

La mayoría de conflictos aparecen debido a que no te tomas el tiempo necesario para escuchar con atención, e intervienes sin dejar al otro suficiente espacio para que se exprese

2. HABLAR PARA HERIR O CRITICAR A OTRO

Este es un recurso muy utilizado cuando ignoras que los demás son un espejo de lo que no te gusta de ti mismos. No aporta elementos conscientes a tus relaciones ni a tu vida, y además consume la mayor parte de tu energía creativa.

3. HABLAR CON IRA

Cuando la ira se apodera de ti, pierdes los papeles. Entonces frecuentemente dices cosas que no deberías decir o en un tono que no es el apropiado. Puede que, en realidad, ni siquiera las pienses.

4. HABLAR DEMASIADO

La charla desordenada y desbocada está por todas partes. Se presupone que debes estar a todas horas hablando con los demás y esto no es cierto. El exceso de palabrería aturde al que habla y al que escucha.

5. HABLAR PARA TENER RAZÓN

¿Qué te mueve a querer ganar siempre las discusiones? ¿Qué quieres demostrar con eso? No es necesario demostrar nada a nadie. Las conversaciones que merecen la pena son las que nos ayudan a aprender y en las que expresamos lo mejor de nosotros mismos.

En resumen ser impecable con tus palabras y no tomarte nada a lo personal es una buen forma de que crear armonía en cualquier relación. Además, puede ser una buena idea no dar nada por entendido y tomar las precauciones necesarias para cerciorarse de que te has explicado bien o has entendido aquello que te han querido decir. Esto puede evitar muchos malos entendidos.  

Basado en material didáctico de E.E.D.T. y en el conocimiento adquirido en mis acompañamientos a personas en asuntos de pareja.